jueves, 29 de mayo de 2008

VUELO 34...Las diez frambuesas (I)...


Las diez frambuesas de mi jueves:


- La llamada

-Las gotas que golpean el cristal

-Tu risa en mi mente

-El colacao de las 12

-Escribir cosas bonitas

-Las botas rojas de aquella chica

-Las judías de mi abuela

- Un nuevo blog: El educador en Alaska

-La botella medio llena

-La piña


(Nueva sección, con las diez mejores frambuesas del día, ¿Cuáles son las tuyas?)

jueves, 15 de mayo de 2008

VUELO 33...Báilame el agua...

Báilame el agua, úntame de amor y otras fragancias de tu jardín secreto, sácame de quicio, hazme sufrir, ponme a secar como un trapo mojado, lléname de vida, líbrame de mi estigma, llámame tonto, olvida todo lo que haya podido decirte hasta ahora, no me arrastres, no me asustes, vete lejos… pero no sueltes mi mano. Empecemos de nuevo, toca mis ojos, nota la textura del calor… ¿Por cuánto te vendes? Píllate los dedos, deja que te invite a un café… caliente, ¡claro!... y sin azúcar, sin aliento… (Daniel Valdés)

PD: Báilame el agua es como saltar al vacío desde una avioneta, como nadar sin remos. Es comer con las manos, amanecer en Agosto desde Singel 99 o desde las alturas de tus pestañas. Sería como viajar por carreteras secundarias de Arizona y pararnos en un motel de carretera. Con ropa o sin ella. Báilame son las caricias perdidas, un atardecer desde Lavapiés y un bote de coca cola para compartir. Es gritar y mojarse los pies en el agua de mi playa, cantar a dúo en el coche canciones de Fito. Poemas y tristezas de Antonio Vega, palabras y sexo de Haruki Murakama. Báilame es todo lo que soñamos juntos, lo que vivimos separados y los colacaos compartidos. Báilame aún continúa….aún quedan muchas canciones que bailar.

martes, 6 de mayo de 2008

VUELO 32...Todo en una canción de Pearl Jam...

Madrid. 02.14 horas. Calle Huertas. Llueve. Hace mucho frio. Paro un taxi.

El taxista: chico joven, ojos cocacola y manos gruesas, pregunta "¿A dónde te llevo?"

Yo: tiritando como si el taxi se hubiera convertido en un iglu respondo, "A mi casa donde me espera un colacao nocturno".
Sonaba Pearl Jam en la radio y entre mi tartamudeo me escuchó cantar y me dijo: "Dos calles más allá hay un bar en el que sirven ricos colacaos y mi primo canta versiones de Pearl Jam".

Allá fuimos...entre colacao y colacao su primo (el cantante) y yo ahogamos las mariposas de mi estómago y al cabo de un tiempo y unos cuantos colacaos más me regaló, también a mi, un patito de goma. Hoy ya no hay colacaos ni más patitos de goma..