Claro que he cambiado. Si no lo hicera sería realmente estúpida. He cambiado porque el mundo me ha cambiado. Me ha transformado el no desayunar mermelada de fresa y no ver como me calientas los pies.
Cambio, me transformo y me licuo. Porque allí el sol calienta más y nadas menos. Porque allí me abrazan con sonrisas y aquí me traducen con un diccionario equivocado. Porque te quiero aqui y allí, y lo descubrí a destiempo.
Mi particular performance es el de siempre. Mi flequillo sigue intacto, igual que mi ciclotimia, mi tristeza y mis alas.
10 comentarios:
Sigo abrazada al puente. ¿Me calientas los pies?
Lara tiene alas
(tic..tac...)
(lo sabes todo..)
sublime ciclotimia que te lanza a escribir cosas como ésta.
Me alegro de que tus alas sigan intactas. Espero encontrarlas siempre así. Y espero que tus pies vengan a reposar a mi huerta como antaño, como siempre y para siempre; porque yo estoy dispuesto a calentarte los pies...
Un abrazo;)
Desde mi lugar de la huerta.
La esencia sigue intacta. Que así sea.
Las alas son muy importantes porque te ayudan a volar, y si puedes volar eres libre.
La suerte con mayúsculas
y sin olvido.
Las idas y venidas,
desencuentros y reencuentros.
El dolor, la lejanía, las despedidas, los abrazos y los cuerpos.
Y las mentes y los saltos
temporales en el espejo...
y la franqueza para reconocerlo,
y el corazón en las palabras para expresarlo,
y la ilusión en la mirada para saber pedirlo, recibirlo y sostenerlo.
Parece que ahora sí.
Te deseo mucha suerte.
Aquello inmutable es lo que nos distingue de otros. Por más que se cambie hay un básico imposible de borrar, transmutar o desdibujar. Bonitas alas.
Millones de gracias mis valientes
Lara tiene alas
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