sábado, 18 de agosto de 2007

VUELO 20...Duelo...

Todo comienza el día que terminas de leer el libro. En muchas ocasiones es el mismo día en que lo iniciaste. Incluso aveces se encuadra en el mismo momento: la tarde, la mañana o la noche. El libro que has deborado como si se tratase de un pastel de chocolate o como si de un dragón se tratara, te ha aniquilado, te ha traspasado la piel, el estómago, las celulas. Todo. Por unos días o unas horas te has convertido en otra persona. Tienes otros amigos. Otra pareja. Quizá eres un anciano, un niño de diez años viendo los "Goonies" o simplemente un retrato. Ese es el poder. Puedes elegir ser uno de los protagonistas o un secundario o simplemente el perro de un secundario. Todo este maremagnum es maravilloso pero tiene también su lado triste, su lado lluvioso. El momento en el que llegas a la última página. Cuando te tienes que despojar de sus letras, cuando empiezas a desvestirte de uno de esos personajes, cuando sabes que echarás de menos al chico de ojos amarillos o la vieja que cosía palabras. Ahí comienza el duelo. No quieres comenzar otro cuento. Quieres aferrarte a sus personajes, a los que convertiste en tuyos. No quieres traicionarlos. Eso me pasa hoy. Aunque me ha pasado muchas veces. Esta véz es un libro en otras ocasiones es una película, una canción, un cuadro...que más da. Hoy me visto de negro. Hoy estoy de luto.

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