domingo, 26 de julio de 2009

VUELO 135: Medidas...

Te vas como llegaste. De repente. Sin avisar. Inesperadamente. ¿Y me preguntas como me siento? Y yo, no sé que responderte. Tengo miedo, una vez más. Y no sé gritar.

Quiero tu mano y tus alas, me dices. Pero a veces yo no sé si tengo alas o soy el simple flautista de Hamelin. Pero en vez de ratas, me llevo sueños. O demonios. Porque ya sabes o me odias o me digieres. No hay medida, nunca la hubo. Ni la habrá.

Nunca quise romperte el corazón en mil pedacitos. Siempre pensé que ese ventrículo izquierdo se construía con piezas de Lego. Y esas, aunque parecen de plástico nunca se rompen. Se estropean sí, pero no necesitan tiritas. Y tu tampoco. Jamás las has necesitado. Jamás las necesitarás.

Por esto y por todo sólo puedo regalarte palabras, abrazos embotellados y fotogramas sin banda sonora. Aunque bueno…. siempre nos quedará París.

viernes, 17 de julio de 2009

VUELO 134: Digestión...


Mi ombligo está hecho añicos. Trocitos inexactos que no saben que quieren ni que beben. Y sí, sigo queriendo meteros a todos en mi estómago. Masticaros y digeriros y que así forméis un trocito de mi. Como en las películas que a ti te gustan sólo porque yo lloro. O porque canto a ratos. Quiero creer en vuestro Shiva y quiero creer que volveremos a coincidir. Aquí. Allí. Siempre.
Sigamos saltando. Sigamos jugando. Sigamos riendo.

viernes, 10 de julio de 2009

VUELO 133: Caducidad...

Me gustaría ser como mis sueños me permiten ser. Yo misma. Verde a ratos, otros morada. O un superhéroe (yo siempre quise volar). No tener que hablar de oropeles, ni de números. No tener que explicar si siento tristeza, tan sólo poder estar callada, abrazarme y llorar (o hacerlo sólo a ratos mientras tú no me miras).Me gustaría poder cantar bajo la lluvia de tu ducha mientras tú te afeitas (cada cuchilla, una sonrisa… y ya vamos dos a cero). Hablaría de cómo me siento con ella y como el picante traduce mi estómago. En mis sueños dormiría entre almohadas de colores y sería feliz. Feliz, sin fecha de caducidad. Sin yogures en la nevera.