miércoles, 27 de agosto de 2008

VUELO 39...Echándote de menos todavía...


Cuando tenía 5 años me llevaron por primera vez al cine. Allí, una especie de muñeco con los ojos saltones y un dedo que se iluminaba señalando al cielo me hizo llorar. Pero no de miedo como en el caso de otros niños a los que sus padres no dejaban de abrazar y darles palomitas para que pasaran el mal trago. A mí, me hizo llorar porque yo quería un amigo así. Un amigo que me regalara secretos y que se "colocara" bebiendo CocaCola.

Desde que E.T entró en mi vida no he dejado ni un instante de pensar que quizá es posible. Que quizá haya otros "muñecos" como él en algún lugar del espacio. Y no me importa en absoluto. De hecho, me encantaría que un día se me apareciera en mi bicicleta y pudiéramos volar. Volar...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre gusto E.T

Bezos