miércoles, 19 de noviembre de 2008

VUELO 71...Carne tras la carne...

Abro y cierro los ojos. Pestañeo, abro un ojo, me muevo. Abro el otro, miro el techo, vuelvo a cerrarlos. Y me quedo ahí, inerte. Sin movimiento. Hay algo de esa sensación, de ese despertar dormitando que me da escalofríos. Es una puerta entre dos mundos. Una especie de túnel donde un sueño abre mi boca y me hinca los dientes, hasta la carne. Carne tras la carne. Hasta esa que en verdad duele. Es ese ardor de saberme despierta el que me lleva a bucear entre las sábanas (única forma de zurcir el sueño). Una pierna sobre la almohada buscando el frio. Mis manos amoldándose al rostro y toda la piel, como desprendida. Me siento como los animales en sus escondrijos: buscando refugio, ocultando miedos, escondiéndome de mis predadores. De mi realidad.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay refugio que nos oculte de la realidad, y si lo hay, será un momento. Solo eso. Un momento.
Es bueno guardar secretos, ocultar amores, conservar recuerdos. Pero al miedo suéltalo. No lo guardes, no lo ocultes, no lo escondas. Permítete sentirlo, pero no vivas con él.
No hay miedo que no cause calor. Ni libertad que quite el frio.... o, Si?

Besos, Lara

Anónimo dijo...

Larita, tu realidad está llena de refugios. Si lo sabre yo.

Sabes que en un "clic", en un cerrar y abrir los ojos, puedes estar donde quieras. Lo sabes.

Bss

CH.

waukin dijo...

Hace poco hablabas de viajes. El dormir y el despertar también son viajes, de un mundo a otro. Enormes transiciones que intentan prepararnos para los cambios de este mundo...

Un beso.

Ander dijo...

presente que afrontar, y ardor del despertar me recuerda a mi huir de la realidad... bien en el soñar, bien en cualquier tipo de uso del verbo narcotizar. así me sirve de anestesia tanto el sueño como el autoengaño, alejarme o aislarme...da igual sólo evito el dolor del contacto, contacto real del que no extiendo mi tacto para palparlo y sufrirlo.

un abrazo acogedor!

Sux dijo...

Entre las sábanas, recogida, escondida, siempre encontrarás seguridad. Pero también son lugar de sueños y pesadillas, de gozos y sollozos, de sonrisas y lágrimas. De frío y de calor. Es nuestro lugar íntimo que lo sabe todo sobre nosotros.

Un beso arropado.

Vivo con Hades a tiempo parcial dijo...

Todos los enemigos son mortales. Todos. Sin excepción.

Anónimo dijo...

Me ha encantado la descripción. Te he imaginado a tí, como si dentro del sueño no tuvieras cuerpo, y al momento de despertar, tuvieras que pasar las yemas de tus dedos por tu rostro, tocar tu barriguita y cerrar de nuevo los ojitos no queriendo darte cuenta de que hay que despertar. Pero hay que despertar y no pasa nada, porque de todas maneras sabes que cada noche tienes tu pequeño refugio, tu lugar de descanso. Y vuelta a empezar.

Ha sido muy bonito.

Besitos.

Anónimo dijo...

Artemiza, uf, no sé. La verdad es que la dicotomía me persigue y no sé muy bien si la libertad nos abriga o nos da más frio. Un beso guapa.

Che, lo sé. Lo sé. Solo que a veces se me olvida.

Temmpus, debe ser mi espíritu nómada el que me empuja a viajar todos los días de un lugar para otro. Si no es avión, en metro o en bus, pues durmiendo y soñando. Que eso se me da muy bien.

Temmpus,narcotizar, verbo perfecto para lo que quiero decir. Abrazo acogedor recibido. Otro para ti.

Sux, por eso es el lugar que me tranquiliza y me da miedo. Un beso enorme y un placer hablar contigo siempre.

Vivo con hades, gracias por pasearte por aqui. Yo llevo siempre espada y escudo porque hay mañanas que dudo si los enemigos son mortales.

Lidia, gracias por tus palabras y por verme de esa manera. Gracias por estar siempre ahi. Yo también me siento muy orgullosa.

Un abrazo a todos mis valientes

Lara

Susy dijo...

Lara,en la cama,arropaditos se está muy bien,protegidos,sin embargo es afuera,viviendo, donde se aprende que lo bueno está dentro,arropaditos...
Besitos

pepito dijo...

Por la mañana también se siente uno cómodamente escondido del mundo bajo las sábanas.

Anónimo dijo...

Susy, José, gracias por vuestras palabras.

Y nada, a seguir muy arropaditos los dos.

Un abrazo valientes

Lara tiene alas